Una gala cargada de emoción, esta última edición de los premios de la academia supuso un retorno para algunos de los grandes olvidados del cine. Aunque a lo largo de la noche, múltiples historias fueron premiadas, las verdaderas protagonistas del evento fueron las historias de superación de Michelle Yeoh, Ke Huy Quan y Brendan Fraser.
La pasada madrugada del 13 de marzo tuvo lugar, como cada año, la gala de los Óscar. El evento que quizá muchos consideran la noche más importante de Hollywood, se alzó como una de las ediciones más emotivas de los premios de la academia en los últimos años, además de una de las más diferentes. Bajo los focos del teatro Dolby en Los Ángeles, estrellas que muchos habían creído apagadas, volvieron a relucir y la icónica alfombra roja se tornó champan. Por ello, en este blog os queremos hablar, no tanto de los ganadores, sino de los momentos más relevantes e históricos de la gala, que no solo la diferencian de las anteriores, sino que también creo, os pueden servir de inspiración.
Con más de once nominaciones, Everywhere, Everything, All at Once se convirtió sin duda en la favorita de la noche y en la gran ganadora, alzándose con más de 7 premios de la academia, entre ellos mejor película, mejor dirección y 3 de los 4 premios a la interpretación en la gala. Todo ello a pesar de la gran competencia, con películas como Las Banshees de Ishnerinn y Los Fabelman de Steven Spielberg.
All Quiet in the Western Front fue otra de las grandes ganadoras, posicionándose no solo con el premio a mejor película extranjera, sino la gran mayoría de los premios técnicos, entre ellos el galardón a mejor fotografía. Algo inesperado para gran parte del público, aunque no tanto como lo fueron el retorno y alzamiento de las estrellas Brendan Fraser y Ke Huy Quan, quienes se hicieron con las estatuillas a mejor actor y mejor actor de reparto respectivamente.
Quizá dos de los momentos más emotivos de la gala, dónde dos personas olvidadas por la industria, una de ellas severamente abusada por esta misma, lograban dejar todo ello atrás y hacerse con el mayor reconocimiento que un actor puede recibir en toda su carrera. Tanto los discursos de Brendan Fraser como el de Ke Huy Quan, hablaban de la importancia del trabajo en equipo, pero, sobre todo, de no abandonar nunca tus sueños.
No dejar de lado aquello a lo que aspiras, por complicado que sea el camino hasta lograrlo.
Este es un mensaje que resuena profundamente con los valores de Infinite Spur, donde siempre hemos defendido cualidades como la resiliencia y la perseverancia. Al fin y al cabo, no es coincidencia que el nombre de nuestra empresa derive de uno de los mayores retos alpinos que existen. Por complicado que sea el pico, toda cima es alcanzable con el entrenamiento, equipo y aptitud adecuados.
El triunfo de Michelle Yeoh, quien se hizo con la estatuilla a mejor actriz también supuso todo un shock para gran parte de los asistentes, quienes tenían sus esperanzas puestas en Cate Blanchett por su papel en Tar. Sin embargo, este logro no solo supuso un gran éxito personal para la actriz, sino que también se convirtió en un momento histórico para la academia, al tratarse de la primera mujer asiática en ganar un premio oscar en sus casi 100 años de historia.
El triunfo de Ellas hablan en la categoría de mejor guion adaptado fue otro de los hihglights del evento. En especial, el discurso de su directora y guionista Sarah Polley, quien no dudo en agradecer a la academia “su valentía” a la hora de otorgar un premio a una película con las palabras “mujer” y “hablan” en su título. Sin duda, uno de los momentos mas feministas de la gala este año, pero también de las anteriores.
Otra de las reivindicaciones más destacadas fue aquella realizada por Guillermo del Toro, director de Pinocchio, la película que se hizo con el premio de la academia a mejor película de animación, tras ganar, en la cual resalto la importancia y necesidad del género de animación en la ficción actual. Especialmente ahora, cuando tantos shows, series o películas animadas estaban siendo injustamente canceladas o retiradas de las plataformas.
En definitiva, la 95 gala de los Óscar, se caracterizó sin duda por el espíritu de retorno, de triunfo sobre la adversidad, que faltó en ediciones anteriores. Bajo la dirección de su presentador Jimmy Kimmel logró acabar en una nota mucho más positiva, sin disputas o bromas de mal gusto, donde el momento más hablado fue probablemente el abrazo entre Ke Huy Quan y su mentor Harrison Ford, con quien trabajo en Indiana Jones y el templo maldito, en lugar de una bofetada entre dos actores. Un símbolo de unidad en vez de confrontación, que esperemos, sea muestra del futuro camino de la industria.
Desde Infinite Spur os animamos a seguir también ese camino de empatía y sororidad y a no abandonar nunca vuestros sueños, por distantes que estos parezcan.
Os dejamos por aquí un video de la gala:
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